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Después de tantos años nunca me había ocurrido


   

  Nunca me había ocurrido.  Desde que me metí en el mundo del yoga y la meditación tengo un hábito que me conecta con la naturaleza todas las mañanas.  Cuando salgo de casa para ir al parking a recoger el coche e ir al trabajo acaricio un árbol. Es el árbol más alto del Paseo del salón, un parque que está frente a casa en el que la vegetación sale del asfalto. Al tocarlo siento que me transmite su energía y que me fundo con él; que mi columna vertebral es su tronco y por los dos corre la misma vitalidad y un empuje hacia arriba hace que mi columna vertebral se ponga más erguida .Siento hasta las vibraciones de los pájaros en las ramas que traspasan la rugosa costra Parece que me transmite sus años de sabiduría haciéndome poderoso y fuerte para empezar el día. Pongo mi mano en la corteza y miro la cantidad de primaveras que hay en sus vástagos. Esta mañana ha ocurrido algo singular que nunca me había pasado durante estos 15 años que mantengo este ritual. Una paloma se ha cagado en mi pelo. Pues vaya mierda, todo tan bucólico y ahora a limpiarme esto. Hasta en la mascarilla ha caído el repugnante líquido. Me ha dado un asco terrible pero inmediatamente he pensado Dios está en las heces. Esta frase estaba en un WC de compost que utilicé en uno de mis retiros espirituales en Cádiz. Mientras hacía mis deposiciones pude aprenderme la frase que había leído en alguna otra ocasión. Pero leer esta frase mientras depositas heces hace que no se te olvide nunca.Gracias Semilla de Bolonia

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