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Meditación informal



Al salir del parking  comienzo a centrarme en mi abdomen y en sus movimientos. Apago la radio y me concentro en el labio superior, siendo consciente del aire que entra y sale y tiene como destino mi vientre. Dejo que el vientre respire por sí mismo... Me centro en las sensaciones de la zona y dejo que las vibraciones del coche muevan mis órganos internos. Empiezo a notar como se mueven las tripas entre las vibraciones del coche y  la respiración. Por supuesto que me recreo en el masaje que me da la respiración en las lumbares. Notando como la calma llega cada vez a los músculos de la parte baja del tronco. Y cada vez están más flácidas mis lumbares. Cualquier tarea que requiera mi atención mientras conduzco la hago al mismo tiempo que intento seguir conectado con la barriga.

Para mí, esta forma de masajear las lumbares es muy diferente de cuando hago la meditación sentado o tumbado, ya que al estar sujeta la espalda, puedo destensar más los músculos.

Luego me centro en el pie izquierdo apoyado en el suelo del coche y noto de nuevo las vibraciones. Intento comprobar si esas vibraciones son diferentes en función de la calzada. Es muy interesante centrarse en las lumbares cuando uno va por una calle granadina de adoquines. Las vibraciones invaden todo mi cuerpo. Poco a poco dejo identificar mi imagen corporal con el coche completo. Dejo conectar todo el cuerpo con el coche. Como si fuésemos una unidad. Sintiendo como está incorporado dentro mí tanto las dimensiones como las funciones del coche. Es como en la película Avatar, cuando al conectar la coleta al animal alado ya te conducía por donde tú querías.

Esto lo hago siempre que voy al trabajo.

Namasté.
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