En noviembre estuve en un Congreso internacional de psicología
en Santiago de Compostela. Se celebraba en un gran convento en la misma plaza
de Obradoiro. En este edificio también dormíamos los congresistas. En todas las plantas del monasterio había
habitaciones y salas de conferencia. Abrías la puerta de tu habitación y
andabas 20 metros
y te podías meter en una sala plenaria o una conferencia magistral. Nunca me
había sentido tan inmerso en un ambiente profesional. Estaba bien la
experiencia pero cuando me puse a meditar no podía desconectar. No podía dejar
de estar pendiente del ruido del carrito del servicio de habitaciones y de
pensamientos sobre la conferencia que estaban dando justo al lado de mi
habitación. Y me descubrí regañándome a mi mismo. Tenía una actitud de castigo,
de la que no me había dado cuenta, por no estar pendiente de la respiración. En
lugar de aceptar los pensamientos y los ruidos me regañaba por estar pendientes
de ellos.
Es tan importante que estemos de buen rollo cariñoso con
nosotros mismos…todo el día a ser posible y sobretodo durante la meditación. Se ve que por muchos años que lleve uno
practicando no se apaga al dictador interior que pide que las cosas sean diferentes
a como son; en mi caso, siempre más perfectas, siempre mejor hechas y por
consiguiente desvalorización de lo que estoy haciendo.
Por eso escribo sobre el tema, para que pueda ayudar a que
estemos lo más amable posible con nosotros mismos, ni los más expertos
meditadores están libres de ese grillo interior que nos está juzgando.
Por eso es tan importante, inhalar y aceptar y exhalar y
disolver, una y otra vez. Todas las experiencias que ocurran durante la
meditación deben ser bienvenidas y ¿Por qué no? Sonríe. No hay nada mejor que hacer durante
este espacio que has decidido dedicar a tu experiencia de mindfulness. Aceptar
con amabilidad.
Puedes ofrecerte amabilidad y consuelo para recuperarte y
volver a ponerte de pie. En el ámbito de la meditación, esto se hace con lo que
se llama autocompasión y es el componente esencial para la resiliencia
emocional. La resiliencia es la capacidad que tenemos de superar traumas y
salir fortalecidos de ellos. Esto incluye la capacidad de calmarnos, reconocer
nuestros errores, aprender de ellos y motivarnos a tener éxito
Mil gracias por compartir este esclarecedor ejemplo de las interrupciones que nos alejan de nuestro centro. De nuestro inhalar y exhalar consciente, de la plenitud.
ResponderEliminarGRACIAS!!