-->

Psicoterapia y meditación


Antes de acudir a psicoterapia los pacientes tienen múltiples fantasías de cómo será su terapeuta, sobre cómo será el proceso terapéutico....pero la fantasía más rica que traen muchos pacientes es que quieren acabar con las sensaciones tan desagradables que tienen. Pues bien, la gran mayoría de las veces tenemos que afrontar esas sensaciones, y ahora resulta que el psicólogo te pone a centrarte más en esas emociones y aceptarlas. Unas veces para reconocer y asimilar lo que estamos experimentando -sin evitarlo- y otras para seguir explorando qué nudos hay detrás de esas emociones desagradables. Los nudos que nos vamos encontrando tienen también su base en  el querer retener las sensaciones agradables que nos proporcionan el mundo, las personas y uno mismo; y evitar las desagradables.Uno de los dos principios que, según Freud, rigen el funcionamiento mental es que la  actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurar el placer.Hace observar también que estas motivaciones pueden no ser percibidas conscientemente: "[...] es natural que, cuando los motivos se pierden en el inconsciente, tengan que ver con el placer y el displacer".(1)

Pues bien, la genial monja budista Ayya Khema, también judía y también alemana nos viene a decir que mediante la meditación podemos acceder a conocer nuestro interior consciente e inconsciente. Una vez establecida la calma mediante la respiración propone mirarnos hacia dentro para tener visión interior. Desde la calma observar todos los pensamientos que ocurren mientras meditamos y que todos estos pensamientos están engranados en querer evitar el displacer o buscar y retener el placer. Refiere que al poder mirarnos con un poco de calma,  e ir aceptando lo que descubrimos , esto hace que aumente a su vez la calma . Insiste en que el objetivo de la meditación es la visión interior y el método es la calma, aunque ambas se influyen mutuamente. "....Si decidimos no movernos durante un rato, para observar lo que representa no huir de lo desagradable o no asirse a lo agradable - aunque sólo sea durante una sesión de meditación-, habremos aprendido un montón sobre nosotros mismos". (2) Dice Khema que cuando aparezcan emociones desagradables, no actúes, no intentes evitar nada, simplemente observa lo que ocurre en tu mente.

De igual manera una relación terapéutica en la que se ha conseguido confianza puede otorgar la suficiente calma al paciente como para poder ejercer la visión interior, incluso de las experiencias o emociones que más le asusten reconocer. Haciendo un paralelismo con el psicoanálisis podría ser que el terapeuta crea una alianza con el principio de realidad del paciente para poder observar el principio del placer. Al igual que al poder aceptar lo que observamos en el interior durante  la meditación hace que aumente la calma, los aspectos del inconsciente que se van descubriendo pasan a formar parte del territorio del yo consciente (que actúa principalmente según  el principio de realidad) y esto hace que el paciente pueda manejar sus pulsiones.

ENSEÑANZAS DE

AYYA KHEMA SOBRE LA CALMA Y VISIÓN INTERIOR

- La mente está vacía. Más allá de los pensamientos la mente se encuentra vacía y quiere ser llenada a toda costa  con cualquier cosa. Igual que el cuerpo quiere alimentarse, la mente busca distracciones, pensamientos, conductas...

 - Si la mente no tiene alguna distracción no podemos dormir.Necesitamos ver tv, leer un libro, fantasear..

- Los pensamientos que aparecen en nuestra mente son unos maestros. Nos enseñan que nuestra mente es ingobernable e informal, que no hace lo que queremos que haga.

- No debemos confiar en nuestra mente, y mucho menos creernos los pensamientos que aparecen en ella. Nuestra mente es lista y manipuladora. No debemos aceptar lo que la mente dice, sino observar su proceso de pensamiento.

- Los pensamientos aparecen, duran un instante y se desvanecen. Es más fácil observar cómo los pensamientos se desvanecen que cuando se crean.

- La insatisfacción (dukkha) está siempre presente en nuestra vida. Abarca todo lo que experimentamos, incluso los sucesos agradables, por su impermanencia . También estamos muriendo a cada instante y no prestamos atención a ello. Pare ello se requiere una atención especial que se consigue mediante la meditación.

- Lo que pensamos constantemente, aquello ante lo que reaccionamos una y otra vez, marca surcos en la mente. Observad las sensaciones y aprended. A menos que retrocedáis y miréis a la sensación desagradable, sin rechazarla, nunca seréis capaces de efectuar un cambio. En algún momento tiene que empezar a hacerse.



(1) Sigmund Freud: Más allá del principio de placer. En Obras completas (tomo XVIII). Buenos Aires: AE. ISBN 950-518-594-4.

(2) Ayya Khema : Siendo nadie, yendo a ninguna parte: meditaciones budistas. Barcelona 1994. Ediciones Indigo. ISBN 9788486668754

2 comentarios:

Pulsa para recomendarnos